¿Conoces el retail arbitrage? Vamos a explicarte de qué va esto y cómo se diferencia de otros modelos de comercio online.

Las modas nos llevan y nos traen. Nos sacuden constantemente en un mundo regido por Tik Tokers, Instagramers y demás formas de viralidad global. Somos una aldea flotando en el espacio. Y por ello, suele suceder que en la subcultura del ecommerce constantemente aparecen nuevos términos, modas, expresiones y “técnicas secretas” que son “descubiertas” por los gurús del marketing digital y el emprendimiento online. 

Una de esas novedades últimamente tan mencionada es el retail arbitrage. Sí, yo sé que el término tiene un tiempo ya de vida, pero el año pasado con el drama del Covid – y presumiblemente este año también, porque este túnel pinta largo y muy oscuro – el retail arbitrage saltó con redobladas energías a la palestra. Para muchos gurús se convirtió en una excelente opción de negocio que recomendaban a mansalva. ¿Pero qué es el retail arbitrage? Pues es, como diría Jesulín “en dos palabras… Re-vender”  

Prefiero explicártelo así, sin anestesia y sin las florituras que tanto nos gusta darle a los conceptos usando el inglés para disfrazarlos de “innovaciones” y “descubrimientos”, como han hecho ya con tantas y tantas cosas: running en lugar de correr, shopping en lugar de ir de compras o bacon en lugar de…espera…¿Será que el retail arbitrage es el bacon del ecommerce? ¡Pues va a ser que sí! 

Tocino, tocineta, bacon y reventa 

El retail arbitrage es revender – en su concepto base – y a la vez NO es la forma cómo nosotros estamos acostumbrados a revender.

Es un poco como sucede con el bacon. Es tocino… lo sabemos todos… pero no es exactamente el tocino de la abuela, ni se usa para los mismos platos. Vamos que es tocino… pero no como nosotros lo entendemos. No es NUESTRO tocino. Un poco por la misma razón en Latinoamérica al bacon tampoco le llaman propiamente tocino. Le dicen tocineta, tocinillo, panceta y hasta chicharrón, porque no es el tocino clásico de la tradición española que heredó Latinoamérica. En resumen… que tampoco es SU tocino. 

Lo mismo sucede con el retail arbitrage: es reventa, pero no es la reventa que existe desde que el hombre salió de las cavernas. 

¿Entonces exactamente qué es? ¿Y es lógico que le llamemos retail arbitrage? 

Vamos a ir por partes. Primero la definición: El retail arbitrage es conseguir productos a descuento, en tiendas físicas u online y revenderlos online a través de marketplaces como Amazon o de plataformas de ecommerce como puede ser una tienda en Shopify. 

Para conseguir esto, la persona que se dedica a “cazar” estas gangas y ofertas, necesita dedicar horas y recursos a construir una red de información privilegiada: saber las fechas de los descuentos en tiendas al por mayor o en grandes almacenes y estar de primero en las filas, conseguir por internet proveedores que vendan productos por “cierre” o “jubilación” o “próxima caducidad” a precio inferior al del mercado, o conocer a quién o qué empresa comprarle remanentes de lotes enteros de determinado producto que no se han podido vender por cualquier razón – para conseguir negociar descuentos- son algunas de las habilidades relativamente comunes al retail arbitrage. 

Herramientas digitales y astucia de toda la vida

La cosa se complica a la hora de vender – hasta este punto lo mismo podíamos decir que Marco Polo hacía retail arbitrage – porque para que funcione el retail arbitrage como se entiende – o como lo han hecho viable en Estados Unidos – es necesario dominar al pelo – y con frialdad mecánica – los sistemas de venta de Amazon y/o el marketing “modo flash” de ecommerce. Los productos hay que almacenarlos y casi al momento, subirlos a una fecha en Amazon o eBay. Hay que validarlos también – recordemos que ninguno de estos productos han sido manufacturados por nosotros y que pueden existir procesos, pasos y permisos que hay que solicitar a las marcas que los producen para poder venderlos – y luego hay que cumplir con toda la logística de envíos de la plataforma de Amazon, eBay o en el caso de que tengamos eCommerce propio, de la quién sea que usemos como proveedor logístico. 

Y todo esto, cómo decíamos, hay que hacerlo mientras lanzamos el producto al mercado en modo de marketing “flash”. ¿Por qué modo flash? Porque la ganancia en estos productos está en saber salir de ellos en el momento indicado: cuando estén más altos que el costo de comprarlos más el acumulado de almacenarlos y los gastos de logística y envíos – ah claro… y la ganancia – ni antes, ni mucho después porque podemos terminar en un “futuro” en el que nadie quiera ya ese producto.  Son negocios de alta rotación de inventario y funcionan similar a los traders a corto plazo: es como mirar esos gráficos de velas comprando y vendiendo cuando nos es favorable, en plan Wall Street.  

Vamos a poner un ejemplo de retail arbitrage extremo para que nos hagamos a la idea: Una persona va a un gran almacén y compra todas las botellas de gel hidroalcohólico antes de que la pandemia convierta ese producto en una “primera necesidad”. Lo hace no porque sea adivino, sino porque está monitoreando constantemente las ventas de productos por Amazon y por eBay – o por cualquier otra plataforma que elija – y detecta – igual que lo haría un inversor en la bolsa – un “crecimiento” en la demanda de determinado producto.

Este caso pasó en la vida real: dos hermanos Matt Colvin and Noah Colvin, se hicieron con 17.000 botellas de gel hidroalcohólico en Tennesse (USA) y la jugada – que hubiese sido ÉPICA – les salió muy pero que muy mal, porque las autoridades del Estado decidieron que tenían que castigarlos por intentar forrarse a costilla de la crisis del Covid. Y aunque lo que hicieron los Colvin es, moralmente cuestionable cuando menos, la realidad económica – matemática mejor dicho – es incuestionable: si te haces con algo antes de que aumente su demanda, el valor de dicha cosa se incrementará y podrás venderlo con ganancia. Esa es una de las leyes de la naturaleza. Y quizás porque este es el corazón del retail arbitrage es que también le llaman “opportunity shopping” o “compras de oportunidad”, traducción un poco cutrilla pero cumplidora. 

¿Se nota que no es exactamente reventa? La “reventa” o como le diría nuestro amigo Marco Polo “el comercio” es comprar un producto en una zona donde se manufactura y por tanto está a bajo precio y revenderlo en una zona donde NO se produce y por ende, hay demanda del mismo y se pagan precios elevados. Esa es la Ruta de la Seda explicada en tres líneas.

Y para ello, no es necesario medir el pulso del mercado de manera regular, buscar descuentos – a veces inclusive el producto comprado en origen es caro de por sí… pero se puede vender a un precio aún más alto en el nuevo destino – ni manipular herramientas de seguimiento online. Para una operación de reventa “normal” lo importante es identificar: proveedor, potencial destino y cadena de transporte. Una identificación que OBVIAMENTE pasa por sacar las cuentas al detalle y ver si es rentable traernos ese tarro de Mickey Mouse que producen en Ningbo y que sabemos que “el chino de Getafe” no lo tiene. 

Por eso el retail arbitrage es a la reventa como el bacon al tocino de la abuela… vale que lo llamemos diferente a lo que en principio es, porque ni sabe igual… ni funciona con las mismas recetas. 

Para cerrar, les dejo unas guías, enlaces y artículos sobre el retail arbitrage para que nunca os cogan con las bragas por los tobillos en este mundillo del ecommerce: 

Autor: Frank Calviño

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